La serie televisiva gay del Siglo XXI:
una parte de nuestra realidad presentada con franqueza y valentía
En el mes de julio de 2001 la cadena de televisión por cable HBO estrenó la primer temporada de la serie Queer as Folk, seis meses después de su estreno en la televisión canadiense y norteamericana (en diciembre del 2000). Desentendida de los posibles prejuicios que ello pueda traer entre la audicencia latinoamericana,HBO incluye en su programación por cable y para toda América Latina la serie con temática 100% gay Queer as Folk, versión americana de la serie original inglesa que fue inspirada por la vida gay en Manchester. A partir del 23 de noviembre de 2001, de lunes a viernes y a las 0:30 horas, HBO Plus retransmitió los 22 capítulos de la serie que ha roto record de audiencia en todo Latino América. En el año 2002, y "en lo que esperamos la segunda temporada", HBO Plus transmite por tercer ocasión la historia de este grupo de amigos gays y lesbianas.
Sin censura y con una franqueza inusual en la televisión a la que estamos habituados los espectadores latinoamericanos, Queer as Folk es un acercamiento directo y abierto a los estilos de vida del homosexual promedio que vive en la actualidad en los EE.UU. y Canadá (working class boys). En el caso de América Latina, en alguna medida es transpotable el concepto de la serie a los sectores de las clases medias y altas urbanas, quienes coexistimos y convivimos en un ghetto que hemos construido con piezas de importación: el ghetto gay. En la serie, éste es el espacio donde coinciden todas las tramas e historias: los bares, las discotecas, los baños.....
Queer as Folk es una serie que tiene de todo: música de vanguardia; escenas eróticas que desafían al "recato" del espectador, sin trasgredirlo ni ofenderle; espacios que nos son familiares por su presencia cotidiana (el bar, la discoteca, el dark room, los baños, el Gym, la sala de exposiciones.... la cama); los amigos y nuestras complicidades solidarias; la búsqueda del amor; el amor; el desamor; las relaciones familiares; la salud y la enfermedad; las drogas, su uso y su abuso; la promiscuidad y las relaciones de pareja..., etc, etc. Sin duda, la presentación de esta serie ante la audiencia latinoamericana (aunque sea a un limitado público o "élite" que tiene acceso a la TV por cable y a los canles PPV de la cadena HBO) será positivo no sólo para que un supuesto público heterosexual asuma con más apertura la naturaleza humana del homosexual, sino sobre todo para que el público gay de la serie (seguramente la mayoría) reflexione sobre todos los componentes de su convivencia con otros gays y lesbianas, de su individualidad y su escala de valores y, en fin, de lo que es ser gente como otros.
Una serie televisiva cercana a la realidad del gay actual
El mérito de la transmisión de la serie televisiva Queer as Folk, del hecho de que una cadena dirigida al público hispanoamericano la esté transmitiendo abiertamente a través de uno de sus canales por cable (HBO Plus), es que entre algunos sectores de la audiencia está rompiendo con los esquemas tradicionales con los cuales era tratado el tema de las comunidades (o del "colectivo", como se le ha dado por llamar) lésbico / gay.
Generalmente, las series para la televisión o las producciones cinematográficas latinoamericanas en las que se llega a interpretar el papel de algún homosexual, presentan los típicos estereotipos del "mariquita" que gusta de hacer parodias exageradas de la apariencia de la mujer, al trasvesti masculinizado y poco estilizado, al diseñador de ropa íntima para damas ("Diseñador Ambos Sexos", ahora en México) o al estilista obvio que goza peinando las regias cabelleras de sus clientas chismosas. Los homosexuales nunca hemos hecho el papel protagónico, sino la menos visible comparsa o el detalle cómico de una trama bipolar.
Pero las emociones reales y los detalles cotidianos que componen la vida del homosexual no han sido importantes para la televisión y escasamente por el cine latinos, pues nadie piensa que valga la pena detenerse a reflexionar en cómo o qué es vivir cotidianamente siendo gay o lesbiana. Queer as Folk no trata de otra cosa que no sea eso: la vida íntima de homosexuales de carne y hueso, el lado profundamente humano y emocional de hombres y mujeres con una preferencia diferente al de una supuesta mayoría, y lo que significa vivir a veces bajo el signo de la discriminación y el ocultamiento de la naturaleza propia, que se vive intensa y sin posibilidad de negarle indefinidamente.
En muy contadas excepciones en las producciones hispanoparlantes de los últimos años (como en el cine de los españoles Almodovar o Eloy de la Iglesia, o del mexicano Jaime Humberto Hermosillo, por mencionar a algunos) las relaciones entre homosexuales, las emociones que les construyen, los estilos de vida y la difícil cotidianeidad de vivir como gay o lesbiana, han sido abordados con la franqueza y objetividad suficiente como para formular reflexiones francas y profundas.
Por ello, Queer as Folk está marcando una gran diferencia, porque habla en el mismo idioma que lo hacemos los gays de la primera década del siglo XXI, porque nos describe acertadamente a quienes habitamos en un ghetto conformado por bares y discotecas, encuentros casuales y amores apresurados, enfermedad y dramáticos encuentros con la muerte, drogas y música extasiante, sublimes gestos de solidaridad y recíproca comprensión entre diferentes.
Puede ser en Canadá, en los EEUU o en la Ciudad de México, los homosexuales que convivimos en los espacios que han dado por llamarse "comunidad gay" compartimos muchas similitudes y conductas con los personajes de esta serie televisiva. ¿Qué tan iguales son nuestros ghettos a los del extremo norte del continente? El culto al antro, a la calle donde está el ambiente, al bar o a la discoteca, al Gym donde vamos con los amigos, es el culto a la convivencia y a la coincidencia de las que emana a borbotones la estabilidad emocional y espiritual.
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